La Chinche

En este blog se publicarán, con posterioridad a la publicación de la edición en papel, los contenidos de la columna que con el mismo nombre de La Chinche, aparecen quincenalmente en el periódico CARRIÓN.
Conocido vulgarmente como "chinche de las camas", y cuyo nombre científico es Cimex lectularius, la chinche es un insecto picador que se alimenta con la sangre de animales homeotermos (de sangre caliente). Su picadura no puede ser sentida inmediatamente por sus víctimas gracias a los anestésico y anticoagulantes que su saliva contiene. Solo horas después de la picadura comienzan a sentirse sus efectos.
Como la chinche, pretendemos picar sin que se sienta, en la política castellana y leonesa, palentina y española.

miércoles, 21 de octubre de 2015

¡Vaya lío!


              ¡Por fin parió la burra! Con esta expresión tan significativa celebraba mi tío Zósimo el final de cualquier tipo de espera. Lo mismo valía para cuando descubría una mentira, que para anunciar la firma de algún contrato. Si ahora viviera, estoy seguro que la hubiera empleado el 25 de mayo, al conocer por fin los resultados electorales de las elecciones municipales y autonómicas celebradas el día anterior. Cosa distinta es la expresión que habría empleado al darse cuenta del galimatías político que se ha formado en la mayor parte de las instituciones locales y autonómicas que celebraban comicios.
              Dos amigos políticamente muy concienciados e implicados, se encuentran ese día 25 por la mañana:
-          Las urnas han hablado.
-          ¿Y qué han dicho?
-          Brourfradesogeter!
Exactamente esa sensación tiene esta Chinche, y a la vista de las declaraciones y manifestaciones que están haciendo muchos dirigentes políticos, nacionales, autonómicos y locales, creo que les pasa lo mismo: no han entendido nada de lo que “han hablado las urnas”. Veremos si en los próximos días, y antes de que se tengan que constituir ayuntamientos y cámaras autonómicas, terminan de enterarse.
Los “unos”, PP y PSOE principalmente, tienen que entender de una vez que el tiempo de su chulería y desprecio a los “otros”, hasta el pasado día 24 los pequeños, insignificantes e incluso inexistentes, ha pasado definitivamente. Y tendrán que reconocer sus errores, y ser más humildes y menos prepotentes. Y, sobre todo, tendrán que hablar desde una posición de igualdad democrática y de respeto.
Y los “otros” tendrán también que comprender que, salvo en casos de guerra o revolución violenta, los cambios sociales democráticos son pausados y poco a poco. Y que habrá que pactar. Y que para pactar hay que llegar a acuerdos básicos. Y que para llegar a esos acuerdos, hay que renunciar a parte de nuestros programas electorales, que en la mayoría de los casos están pensados para gobernar con mayorías absolutas. Cosa que al parecer, la ciudadanía ha decidido que se han acabado.
¿Serán “unos y otros” capaces de hacerlo? Por el bien del país, esperemos que sí.


Cimex lectularius

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