La Chinche

En este blog se publicarán, con posterioridad a la publicación de la edición en papel, los contenidos de la columna que con el mismo nombre de La Chinche, aparecen quincenalmente en el periódico CARRIÓN.
Conocido vulgarmente como "chinche de las camas", y cuyo nombre científico es Cimex lectularius, la chinche es un insecto picador que se alimenta con la sangre de animales homeotermos (de sangre caliente). Su picadura no puede ser sentida inmediatamente por sus víctimas gracias a los anestésico y anticoagulantes que su saliva contiene. Solo horas después de la picadura comienzan a sentirse sus efectos.
Como la chinche, pretendemos picar sin que se sienta, en la política castellana y leonesa, palentina y española.

miércoles, 21 de octubre de 2015

Las listas


Andan los partidos políticos liados con la configuración de sus candidaturas para las elecciones municipales y autonómicas del próximo mes de mayo, y uno de los principales quebraderos de cabeza de los jefes de filas de los mismos es evitar la presencia en esas listas de cualquier candidato, o candidata, que tenga algo que ver con los innumerables casos de corrupción que asolan el panorama político de este sufrido país.
Y en ese trajín se dan de morros con un problema altamente peliagudo: ¿cuándo cosideramos que un posible candidato debe ser excluido de las listas?
Tal y como cantaría la Parrala, unos dicen que al ser imputado; otros que en el momento que se habra juicio oral; y los más permisivos, que hasta que no haya sido condenado, por aquello de la presunción de inocencia, que nuestra Constitución garantiza.
El asunto es complejo, y esta humilde Chinche no tiene muy claro dónde hay que poner la línea roja para la exclusión. Pero tiene muy claro que alguna habría que fijar, y que debiera estar fijada por ley, no dejándolo al libre criterio de cada partido u organización, pues de todos es conocida la benevolencia con la que los mismos juzgan a los suyos, y la severidad que utilizan para los de los otros.
Cuestión distinta es el caso de aquellos que, no siendo responsables penales, lo pueden ser desde el punto de vista político. Un responsable político que haya tenido bajo su dirección a personas que hayan cometido algún tipo de delito relacionado con el desempeño de cargo público, debe responder políticamente. Y en política las responsabilidades se saldan dimitiendo, y/o no volviendo a ser incluido en ninguna candidatura.
Si estas personas estuvieran en la cosa pública por unos ideales y para luchar por el bien de los ciudadanos, tal y como no dejan de pregonar a los cuatro vientos, se marcharían a su casita, volverían a sus respectivas profesiones -si es que la tienen- y harían un inmenso servicio a sus partidos y, lo que es más importante, a la democracia.

Las actitudes de resistencia numantina a abandonar cargos y prebendas, están desprestigiando la política, una de las más bellas acciones a las que se pueden dedicar los hombres y las mujeres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario