La Chinche

En este blog se publicarán, con posterioridad a la publicación de la edición en papel, los contenidos de la columna que con el mismo nombre de La Chinche, aparecen quincenalmente en el periódico CARRIÓN.
Conocido vulgarmente como "chinche de las camas", y cuyo nombre científico es Cimex lectularius, la chinche es un insecto picador que se alimenta con la sangre de animales homeotermos (de sangre caliente). Su picadura no puede ser sentida inmediatamente por sus víctimas gracias a los anestésico y anticoagulantes que su saliva contiene. Solo horas después de la picadura comienzan a sentirse sus efectos.
Como la chinche, pretendemos picar sin que se sienta, en la política castellana y leonesa, palentina y española.

viernes, 5 de julio de 2013

¡Cosas de bombero!

Fotografía de El Norte de Castilla

Esta Chinche nunca ha sabido la razón por la que algunos humanos utilizan esta expresión cuando alguien hace cosas ocurrentes o peregrinas, cuando la verdad es que los bomberos lo que suelen hacer es salvar vidas y bienes.

La frasecita de marras me ha venido a la memoria con motivo de la actuación que estos servidores públicos han realizado una vez más en Palencia el pasado 24 de junio, el mismo día que celebramos la fiesta de San Juan y el solsticio de verano en el hemisferio norte, en un edificio de la calle Doctor Díaz-Caneja.
De nuevo doce de nuestros convecinos, dos de ellos unos bebés de corta edad, deben su vida y conservan parte de sus viviendas gracias a la intervención del cuerpo de bomberos del Ayuntamiento de Palencia. Uno de estos vecinos declaraba a la prensa “Dos bomberos nos ayudaron a bajar por las escaleras a toda velocidad, el calor y el humo eran insoportables”.
Y, mientras la sociedad palentina agradece esta nueva actuación de nuestros bomberos, nuestros gobernantes les bajan el sueldo al igual que al resto de funcionarios. Y los representantes del más rancio neo liberalismo salen, un día sí y otro también, en los  medios de comunicación queriéndonos convencer que la salida de  la crisis se basa en adelgazar el Estado y en disminuir o privatizar los servicios públicos.
Los ciudadanos no nos podemos dejar engañar. El médico que me cura, el policía que me protege, el maestro que educa a mis hijos, el juez que imparte justicia y el bombero que me salva la vida, ¡son funcionarios públicos!
El día que la sociedad entienda que todos ellos y otros muchos servidores públicos son más importantes que un futbolista o cualquier otro famoso o famosete, habremos dado un paso muy importante.
 Cimex lectularius
Publicado en CARRIÓN el 01.07.2013