La Chinche

En este blog se publicarán, con posterioridad a la publicación de la edición en papel, los contenidos de la columna que con el mismo nombre de La Chinche, aparecen quincenalmente en el periódico CARRIÓN.
Conocido vulgarmente como "chinche de las camas", y cuyo nombre científico es Cimex lectularius, la chinche es un insecto picador que se alimenta con la sangre de animales homeotermos (de sangre caliente). Su picadura no puede ser sentida inmediatamente por sus víctimas gracias a los anestésico y anticoagulantes que su saliva contiene. Solo horas después de la picadura comienzan a sentirse sus efectos.
Como la chinche, pretendemos picar sin que se sienta, en la política castellana y leonesa, palentina y española.

miércoles, 21 de octubre de 2015

Los nuevos


              Los resultados de las últimas elecciones municipales y autonómicas, han permitido el acceso a puestos de gobierno, sobre todo en los ayuntamientos, de nuevas formaciones políticas, muchas de ellas formadas por movimientos sociales y/o nuevos partidos, que han roto los esquemas con los que este país venía funcionando desde la reinstauración de la democracia a finales de los años setenta del siglo pasado.
              Durante la campaña electoral previa, los partidos “tradicionales” y sus palmeros periodísticos no se cansaron de avisar que la llegada al poder de estas nuevas formaciones iba a tener unas consecuencias más desastrosas que un tsunami: huida de capitales y empresas, anarquía callejera, desplome de la bolsa, ruina de los servicios públicos, etc., etc.
              Una vez conformadas las nuevas corporaciones, y a la vista de que la huida de capitales y la anarquía callejera no se producían, que la bolsa está mucho más atenta a lo que pasa con Grecia y que los servicios públicos siguen funcionando de momento igual de mal o bien que lo venían haciendo, los mismos que nos auguraban catástrofes sin fin, se han lanzado a criticar y buscar las más leves fallos de los “nuevos”, sin esperar ni los tradicionales cien días que se suelen conceder de plazo para ver por dónde van los tiros de la gestión.
              Primero se han dedicado a rebuscar en los hechos y actuaciones previas de los nuevos ediles, y, cuando han encontrado algo, se han apresurado a exigirlos lo que nunca antes han exigido a los suyos. Qué un actual concejal escribió en Twitter unos chistes de mal gusto y “políticamente” incorrectos, hace unos cuantos años cuando no se le pasaba ni por la cabeza que iba a serlo, tiene que dimitir fulminantemente. Qué otra concejala está imputada por manifestarse hace unos años con las tetas al aire y entrar en la capilla de una universidad pidiendo su clausura, tiene que ser condenada al ostracismo político porque en la política ¡no puede haber imputados!
              Si estos mismos criterios los hubieran aplicado con los partidos y fuerzas políticas tradicionales, en algunas instituciones estarían gobernando los sustitutos de los sustitutos de los sustitutos de muchos dirigentes.
              ¡Qué fácil es ver la paja en el ojo ajeno, cuando en el  nuestro tenemos una viga de tamaño considerable!
              Demos tiempo a los nuevos para criticarlos por sus hechos y actuaciones políticas, al menos esos cien días de rigor.

Cimex lectularius

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