La Chinche

En este blog se publicarán, con posterioridad a la publicación de la edición en papel, los contenidos de la columna que con el mismo nombre de La Chinche, aparecen quincenalmente en el periódico CARRIÓN.
Conocido vulgarmente como "chinche de las camas", y cuyo nombre científico es Cimex lectularius, la chinche es un insecto picador que se alimenta con la sangre de animales homeotermos (de sangre caliente). Su picadura no puede ser sentida inmediatamente por sus víctimas gracias a los anestésico y anticoagulantes que su saliva contiene. Solo horas después de la picadura comienzan a sentirse sus efectos.
Como la chinche, pretendemos picar sin que se sienta, en la política castellana y leonesa, palentina y española.

jueves, 2 de junio de 2016

Ponerle puertas al campo

                 Los humanos utilizan esta expresión para describir una acción que es absolutamente inútil, y desde el punto de vista de esta Chinche, eso es lo que están haciendo las instituciones europeas con las medidas adoptadas para frenar la inmigración de hombres, mujeres y niños que huyen del horror de las guerras, del hambre y de la miseria que asola sus países de origen. Cuando el miedo y la desesperación empuja a un ser humano, no hay barrera ni valla que lo pueda frenar, porque por detrás los viene empujando una muerte cierta. No queda más remedio que seguir y seguir y seguir, hasta lograrlo o morir en el intento, pues ésta la tienen segura en su tierra.
              Y para mayor vergüenza de toda la especie, las medidas vulneran los más elementales derechos humanos. Los asesinos que matan, da igual que sea en forma de guerra declarada o encubierta, o en forma de atentado repugnante (por cierto, a esta Chinche le gustaría mucho saber quién los vende las armas y las bombas con las que asesinan), estarán consiguiendo en parte su objetivo si Europa no sabe reaccionar respetando los derechos de las personas, pues precisamente ese es el objetivo de los fanáticos: acabar con los derechos e imponer el estado de terror y fanatismo que defienden.
              Mientras las actuaciones de los países que se llaman a sí mismos democráticos y desarrollados, no se dirijan a restablecer la paz, el respeto a la vida y a las libertades, y el progreso económico en los países de los que huyen, la presión migratoria sobre sus fronteras será cada día mayor, y cualquier otra medida será como “poner puertas al campo”, además de ilegal e inmoral.
              Y mientras esta tragedia sucede a las puertas de su cómodo mundo, los humanos palentinos están muy preocupados por si amplían el pabellón de deportes, que sigue llamándose Marta Domínguez, o le ponen una boina a la plaza de toros. Cosas ambas que les pueden costar la friolera de tres millones de euros.
              ¡Qué país Miquelarena, qué país!


              Cimex lectularius

Publicado en CARRIÓN el 01.04.2016

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