La Chinche

En este blog se publicarán, con posterioridad a la publicación de la edición en papel, los contenidos de la columna que con el mismo nombre de La Chinche, aparecen quincenalmente en el periódico CARRIÓN.
Conocido vulgarmente como "chinche de las camas", y cuyo nombre científico es Cimex lectularius, la chinche es un insecto picador que se alimenta con la sangre de animales homeotermos (de sangre caliente). Su picadura no puede ser sentida inmediatamente por sus víctimas gracias a los anestésico y anticoagulantes que su saliva contiene. Solo horas después de la picadura comienzan a sentirse sus efectos.
Como la chinche, pretendemos picar sin que se sienta, en la política castellana y leonesa, palentina y española.

viernes, 11 de noviembre de 2016

Más de lo mismo

             Esta Chinche ya no se entera, si es que lo ha hecho alguna vez, de por dónde van los tiros de la situación política de este solar que llaman España. Da la sensación de estar en un continuo “déjà vu”. Y el personal está que echa las muelas con la posibilidad de tener que ir a votar sin haber hecho la digestión de la cena de nochebuena. Con lo aficionados que son los Homo sapiens españoles a celebrar cualquier fiesta regándola con una buena dosis de bebidas espirituosas, es más que posible que en alguna mesa electoral sea casi imposible entenderse, tanto por culpa de los integrantes de la misma, como por parte de los votantes. Así que habrá que cambiar la letra de ese conocido villancico: Esta noche es Nochebuena/y mañana hay que votar/tapa la bota María/no me quiero emborrachar.
              De momento, los palentinos han dado fin a sus fiestas de San Antolín. Y pasadas las mismas, también hemos vivido otra vuelta al pasado como todos los años. El equipo de gobierno del Ayuntamiento las ha calificado de “éxito sin precedentes”, y la oposición que de eso, nada de nada. Que “más de lo mismo” y que falta originalidad en el planteamiento.
              Y puede que tengan razón ambos, porque desde hace años se hacen las mismas valoraciones de gobierno y oposición, sea quien sea el partido que ocupe una u otra posición. Una está de acuerdo con las dos posturas: éxito de gente en la calle, y más de lo mismo en los contenidos. Ahora bien, la pregunta es qué se puede hacer de original. Las fiestas patronales, sean del más pequeño pueblo o de una capital, son siempre lo mismo: luces de colores, ruidos diversos en las calles abarrotadas de gente, vendedores de todo tipo de artefactos para niños y mayores, hombres estatua, titiriteros, y artistas varios luciendo sus habilidades, toros, bares llenos de gente, artefactos de tortura a cual más sofisticado en el real de la feria, fuegos artificiales y traca final. Amén de las correspondientes celebraciones religiosas en honor del patrón o patrona respectivo, en muchas ocasiones acompañadas de algún rito pseudo milagroso, al que se pegan por asistir en primera fila muchos representantes políticos de cualquier orientación ideológica.
              Y así año tras año, con las únicas variaciones de los artistas que actúan en las calles y plazas o en los recintos cerrados y de pago. Me gustaría que explicaran cual es la originalidad que proponen los que acusan de falta de ella. ¿Qué en lugar de los gigantes y cabezudos desfile un grupo de samba brasileño? ¿Qué las autoridades civiles dejen de ocupar las primeras filas de la misa en la catedral? ¿Qué se suspendan las corridas de toros? ¿Qué las peñas dejen de atronar las calles con un montón de charangas cuyo sonido se mezcla de forma insoportable para el oído humano? Que nos lo expliquen.
                                         
              Cimex lectularius


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