La Chinche

En este blog se publicarán, con posterioridad a la publicación de la edición en papel, los contenidos de la columna que con el mismo nombre de La Chinche, aparecen quincenalmente en el periódico CARRIÓN.
Conocido vulgarmente como "chinche de las camas", y cuyo nombre científico es Cimex lectularius, la chinche es un insecto picador que se alimenta con la sangre de animales homeotermos (de sangre caliente). Su picadura no puede ser sentida inmediatamente por sus víctimas gracias a los anestésico y anticoagulantes que su saliva contiene. Solo horas después de la picadura comienzan a sentirse sus efectos.
Como la chinche, pretendemos picar sin que se sienta, en la política castellana y leonesa, palentina y española.

viernes, 16 de mayo de 2014

Ilegales

Dado que esta Chinche, al igual que todas, se alimenta principalmente de sangre del Homo sapiens, aunque si ésta escasea tampoco desprecia la de otros animales de sangre caliente, y que mi principal actividad se desarrolla por la noche, nunca ha entendido bien las diferencias que algunos humanos establecen entre ellos según sea el lugar de nacimiento, el sexo, o el color de la piel. Para mí, todos son susceptibles de proporcionarme mis preciados nutrientes, y puedo asegurar que no existe la más mínima diferencia entre ellos: toda su sangre es idéntica.
Por eso me cuesta tanto entender algunas de las expresiones que determinados individuos de esa complicada especie utilizan para referirse a otros seres de la misma: sin papeles, ilegales, negratas, sudacas, etc. Cuando escucho estos adjetivos aplicados a sus semejantes, tengo mis serias dudas de que el término “sapiens” esté correctamente aplicado para formar el nombre binomial de la especie, y no fuera más apropiado el de “stupidus”, sobre todo aplicado a algunos individuos, que de esta forma pasarían a configurar una subespecie, perfectamente distinguible y diferenciable de la otra.
Y el colmo de esta estupidez que roza la falta de humanidad, con lo que también estaría mal utilizado el término “homo”, está viviendo en estas últimas fechas su más trágica representación en las ciudades de Ceuta y Melilla, aunque no hace mucho llegó a sus cotas más altas en la isla italiana de Lampedusa.
La muerte de unos seres humanos, que lo único que intentan es huir de la miseria, del hambre, de las guerras y, en definitiva de una muerte prematura, debería remover las conciencias del resto de la especie humana.
Mientras las diferencias entre los que más tienen, sean personas o países, y los que menos tienen o no tienen nada, no se equilibren y se reduzcan, no habrá valla, ni concertina, ni material antidisturbios que frene el éxodo hacia el primer mundo.
PD: El espectáculo del principal partido de la oposición de este país absteniéndose en la censura al Ministro del Interior, tardará mucho tiempo en borrarse de la memoria de muchas personas que piensan que ningún ser humano puede ser “un ilegal”.
Cimex lectularius
Publicado en CARRIÓN el 03.03.2014

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