Escribo esta columna pocas horas después del
atentado terrorista de Niza que ha causado la muerte, hasta el momento, de 84
personas y herido a más de cien, mientras celebraban el Día Nacional de Francia.
Esta
Chinche está segura de que, al igual que en otras ocasiones similares, las
redes sociales y los medios de comunicación, se llenarán de mensajes de apoyo a
las víctimas, y de condena a este tipo de actos. En las distintas redes
sociales, ya están apareciendo banderas de Francia con el crespón negro y con
frases de solidaridad tipo “yo soy francés” o “todos somos Francia”, etc.
Los
gobiernos de los países europeos y de otras partes del mundo, envían mensajes
de pésame y apoyo a las autoridades francesas, y reúnen a sus gabinetes de
crisis para estudiar medidas inmediatas y urgentes que trasladen la sensación a
sus votantes de que están ocupados y preocupados por el terrorismo yihadista, y dispuestos a acabar con él
sea como sea.
Y
como consecuencia tomarán medidas del tipo cerrar fronteras, aumentar los
controles internos, pedir más coordinación de las policías de los distintos
países… Los más intransigentes y xenófobos, pedirán la expulsión de los
inmigrantes árabes y el cierre de fronteras a los que huyen de las mismas
guerras que provocan y alimentan este terrorismo. Y casi seguro que también se
producirá un incremento de la intervención militar en las zonas en conflicto.
En resumen, más de lo mismo.
Mientras
los muertos han sido ciudadanos turcos, egipcios, afganos, sirios, tunecinos,
etc., etc., un pequeño espacio en los periódicos y televisiones, y ¡a otra
cosa¡ Y cuando nos toca más de cerca, ¡más leña a la hoguera¡
Y nadie quiere plantearse
asuntos que a esta ignorante Chinche le parecen fundamentales. ¿Quién vende las
armas que mantienen los conflictos? ¿Quién compra el petróleo que financia el
suministro de esas armas? ¿Qué países “amigos” están apoyando de forma más o
menos encubierta el mantenimiento de las guerras que dan origen a estos actos
terroristas? ¿Qué se está haciendo rematadamente mal en los países de acogida,
para que personas que han nacido en ellos se sientan atraídas por los mensajes
de violencia y odio que los conducen a cometer estos atentados?
Mientras
en un ejercicio de cinismo sin límites, actuemos como si hubiera víctimas de
primera y de segunda; mientras sigamos respondiendo a la violencia terrorista
solamente con medidas policiales y militares, y no comencemos a responder a
estas preguntas y a actuar sobre ellas, este criminal sin sentido no terminará
nunca.
Esta
Chinche hoy se siente francesa, pero ayer se sintió turca, y antes de ayer
afgana, tunecina, siria o paquistaní.
Cimex lectularius
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