En un país como éste, en el que dimitir es un verbo muy difícil de conjugar, está el personal todo alterado ante la reciente dimisión del ya ex Ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón que por cierto, según le han soplado a esta Chinche, inició muy joven su carrera política fracasando en su intento de ser Senador por la provincia de Palencia en las elecciones generales del año 1986. ¡Qué cosas!
Ahora bien, analicemos las causas aparentes de este extraordinario suceso, muy normal por otros lares.
Según manifestó el dimisionario en su comparecencia de hace unos días, dimitía por coherencia con su ideología y con un programa electoral que se había comprometido a cumplir cuando aceptó el cargo, en el que figuraba como una de las promesas electorales del PP la modificación de la conocida vulgarmente como ley del aborto. Impecable argumento.
Ahora bien, en su ignorancia política, esta Chinche se pregunta si este es el único caso en el que el PP no ha cumplido su programa electoral.
No subiré los impuestos; la línea roja de los recortes son la sanidad, la educación y las pensiones; nunca modificaré la ley electoral sin el acuerdo mayoritario de las fuerzas políticas; etc., etc. Estos son solo algunos ejemplos de “dónde dije digo, digo Diego”, del Presidente del Gobierno de este sufrido país. Si la coherencia fuera una virtud de los miembros y “miembras” del Gobierno, más de la mitad del mismo debería haber tomado las de Villadiego, que se dice por estas tierras. Incluido, por supuesto, don Mariano Rajoy, responsable máximo de todos estos incumplimientos y de otros muchos.
Pero tranquilos, no pasa nada. El Presidente dedicado a la alta política internacional, la Vicepresidenta asume transitoriamente las competencias de Justicia, y aquí paz y después gloria.
Piensa esta Chinche que, ya puestos, y con el ánimo de ahorrar de otra forma que no sea pagando el pato siempre los mismos, podían dimitir todos y todas los ministros y ministras y quedarse solo don Mariano y doña Soraya manejando el cotarro. Seguro que las cosas no podían ir peor.
Cimex lectularius
Publicado en CARRIÓN el 30.09.2014
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