La Chinche

En este blog se publicarán, con posterioridad a la publicación de la edición en papel, los contenidos de la columna que con el mismo nombre de La Chinche, aparecen quincenalmente en el periódico CARRIÓN.
Conocido vulgarmente como "chinche de las camas", y cuyo nombre científico es Cimex lectularius, la chinche es un insecto picador que se alimenta con la sangre de animales homeotermos (de sangre caliente). Su picadura no puede ser sentida inmediatamente por sus víctimas gracias a los anestésico y anticoagulantes que su saliva contiene. Solo horas después de la picadura comienzan a sentirse sus efectos.
Como la chinche, pretendemos picar sin que se sienta, en la política castellana y leonesa, palentina y española.

viernes, 23 de diciembre de 2016

Jarrones chinos

         Felipe González, el líder socialista que presidió el gobierno de este país durante catorce años en el último tercio del siglo pasado, acuñó esta expresión para referirse a los presidentes del gobierno, cuando dejaban de serlo: “Son como grandes jarrones chinos en apartamentos pequeños. Se supone que tienen valor y nadie se atreve a tirarlos a la basura, pero en realidad estorban en todas partes”. Con el paso de los años, esta definición se ajusta a lo que él representa ahora mismo, como anillo al dedo. El otrora gran dirigente y hombre de estado, se ha convertido en un jarrón chino que estorba, y mucho, en el pequeño apartamento en el que se está convirtiendo el PSOE.
Ante la necesaria y urgente rehabilitación que los inquilinos del apartamento se ven obligados a realizar, algunas sostienen que es un jarrón muy valioso, y que hay que conservarlo como sea, aunque sea moviéndolo de un sitio para otro hasta que le encuentren un hueco apropiado. Otros piensan que lo único que hace es estorbar y, por lo tanto, son cada día más las voces que se alzan pidiendo que se le tire a la basura, o al menos que lo dejen en la puerta del apartamento para ver si alguien se lo lleva y deja de estorbar.
Lo cierto es que esta Chinche piensa que es una auténtica pena. Que el hombre que encarnó en su día las ilusiones de muchísimos ciudadanos de este país, el dirigente que supo sacarlo del siglo diecinueve y llevarlo al veinte, y comenzar la creación de un moderno e incipiente estado de bienestar en esta España que salía de los cuarenta años más oscuros de su reciente historia, haya sido capaz de convertirse en lo que ahora representa, es muy lamentable.
Cómo es posible que una persona que podría haber pasado a la historia como uno de los grandes políticos europeos del sigo veinte, haya pegado ese cambio tan brutal que le ha llevado al extremo de dudar públicamente, y haciéndose el chistoso, de la capacidad  intelectual y política del primer secretario general de su Partido elegido directamente por los afiliados.
Evidentemente, este cambio ha logrado que la derecha, que en los años noventa del pasado siglo lo acusó de todos los males habidos y por haber, que lo llamó corrupto y jefe de asesinos, ahora haya sacado el incensario para alabarlo. ¡Vivir para ver!
             

              Cimex lectularius

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