¡Vaya semanita que nos han dado! Esta Chinche está
segura de que muchos jóvenes de este país se han enterado de que existía una
cosa que se llama títeres, gracias al número que se ha montado en los
“madriles” a cuenta de los titiriteros de la “señá” Manuela.
Los
que ya peinan canas, o simplemente no peinan nada, seguro que recuerdan las
marionetas de su infancia, en las que los garrotazos iban unidos de forma
inseparable con las risas de grandes y chicos. Cuantos más garrotazos recibía
la bruja o el ogro, más risas. Y si el guiñol que recibía las tortas se parecía
a algún personaje público, más jolgorio entre los mayores. Con los criterios
actuales estoy segura que semejante espectáculo hubiera sido catalogado como
políticamente incorrecto.
Pues
bien, los titiriteros del carnaval madrileño, se han llevado más garrotazos que
el malo más malo del espectáculo. Esta Chinche no lo ha visto, y por lo tanto
no puede juzgar sobre la calidad artística del mismo, pero por el argumento que
se ha conocido a través de los medios de comunicación, sí que parece poco
apropiado para niños, aunque tampoco menos apropiado que muchos de los
programas que las televisiones emiten a cualquier hora del día. Una no
encuentra grandes diferencias morales y éticas entre sálvames, grandes
hermanos, granjeros que buscan esposa y demás programas de similar contenido, y
el numerito de los guiñoles. Sobre todo teniendo en cuenta que en estos últimos
los protagonistas directos son unas marionetas, y en los de la televisión son,
supuestamente, homo sapiens.
Y
lo que ya ha rizado el rizo del esperpento, muchísimo más que el representado
en el teatrillo, ha sido la reacción totalmente desproporcionada de muchos
medios de comunicación, y sobre todo de la fiscalía y el juez de turno. Pretender
equiparar lo que no es más que un espectáculo de títeres, más o menos
irreverente y políticamente incorrecto, con un acto de enaltecimiento del
terrorismo, no tiene ni pies ni cabeza. Por esa misma regla de tres, Charles
Chaplin debería haber sido juzgado y encarcelado por enaltecimiento del nazismo
por su genial interpretación de Hitler en el Gran Dictador.
En
palabras de don Antonio Machado, que al parecer siguen vigentes, “Españolito
que vienes al mundo te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el
corazón”
Cimex lectularius
Publicado en CARRIÓN el 16.02.2016
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