La Chinche

En este blog se publicarán, con posterioridad a la publicación de la edición en papel, los contenidos de la columna que con el mismo nombre de La Chinche, aparecen quincenalmente en el periódico CARRIÓN.
Conocido vulgarmente como "chinche de las camas", y cuyo nombre científico es Cimex lectularius, la chinche es un insecto picador que se alimenta con la sangre de animales homeotermos (de sangre caliente). Su picadura no puede ser sentida inmediatamente por sus víctimas gracias a los anestésico y anticoagulantes que su saliva contiene. Solo horas después de la picadura comienzan a sentirse sus efectos.
Como la chinche, pretendemos picar sin que se sienta, en la política castellana y leonesa, palentina y española.

jueves, 1 de enero de 2015

¡Que viene Podemos!

En los ya lejanos finales de los años setenta del siglo pasado, esta Chinche recuerda al “Tío Zósimo”, hombre de sabiduría natural, contando lo que en el pueblo se decía que iba a ocurrir si ganaban las elecciones los “socialistas”. En los mentideros habituales de la villa, se comentaba que si ganaban las elecciones esos rojos liderados por un tal Felipe González, que por cierto según se rumoreaba, estaban financiados por el “oro de Moscú”, iban a quitarnos las tierras, las ovejas y, según los más informados, incluso las casas. No se aclaraba muy bien qué iban a hacer con todo ello, pero, vamos, seguro que nos las quitaban.
Los más informados del lugar, tras aclarar que no se financiaban con el oro de Moscú, sino con lo que les daba un tal Willy Brandt, un peligroso rojo alemán, aseguraban que si ganaban los del “pesoe”, nos sacarían de la OTAN y conseguirían que no nos admitieran en la Comunidad Europea. Incluso los más exaltados afirmaban, sin ningún género de dudas, que los rojos esos tenían un pacto con los terroristas de la eta y los iban a soltar a todos y que lo primero que harían sería expulsar del ejército español a todos los militares que habían colaborado con Franco.
Cuando algún vecino del lugar, menos radical y más razonable, intentaba argumentar en contra de tales despropósitos, se le tapaba la boca con el argumento definitivo de que “es que son marxistas”, sin saber muy bien nadie que es lo que ese término significaba.
El tío Zósimo, que ya he dicho era un hombre razonable y sabio, no acababa de creerse los raros augures de sus convecinos. Pero cuando oía en la televisión o en la radio a los rivales políticos de los socialistas, acusarlos de demagogia y de decir lo que los españoles querían oír, sus dudas crecían.
Luego, los rojos esos dejaron de ser marxistas y ganaron las elecciones, porque resulta que no es que dijeran lo que la gente quería oír, si no que decían lo que la gente pensaba. Y nos dejaron en la OTAN, lucharon con todas sus fuerzas contra el terrorismo etarra, y en sus años de gobierno se comenzó a consolidar en España el estado de bienestar que en Europa llevaba años funcionando.
Cambien algunos términos: oro de Moscú por petróleo venezolano; OTAN por deuda; chaquetas de pana por coleta, etc., etc. ¿Les suena la música? Pues eso.
Cimex lectularius
Publicado en CARRIÓN  29.12.2014

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