Si se siguen con cierta atención las comparecencias del equipo de “poda” del gobierno del PP, por cierto, la mayoría de las veces de los “peones” y casi nunca del “capataz” señor Rajoy, tenemos la sensación de que, una de dos, o se piensan que el personal es imbécil, o nos quieren hacer comulgar con ruedas de molino.
Que don Ignacio Wert, ministro de la educación y la incultura (léase al respecto la nota oficial firmada por él con motivo de la celebración del “Día del libro” el pasado 23 de abril), quiera convencer a los habitantes de este sufrido país de que amontonar niños en las clases, reducir la oferta de los bachilleratos, o incrementar las horas de docencia al profesorado reduciendo a su vez las horas para preparación y formación de los mismos, no va a incidir “ni directa ni indirectamente” en la calidad de la educación, solamente puede significar dos cosas: que el señor ministro es un “listo”, o que considera al resto de la humanidad “gilipollas”.
Lo mismo cabría afirmar de la señora ministra de enfermedad, ¡perdón!, de sanidad, intentando convencer a los sufridos ciudadanos que el mal llamado “copago”, en propiedad debería ser llamado “repago”, es una bagatela equivalente a “tres o cuatro cafés”, -¿dónde toman estos señores el café?
Y para rematar la faena, aparecen los listos del Fondo Monetario Internacional, que en su día ni se enteraron de la crisis que se nos venía encima, y afirman que la mejora de la sanidad, de las pensiones y del nivel de vida ha hecho que se “alargue peligrosamente” la expectativa de vida de los humanos, lo que, desde le punto de vista de la economía, puede llegar a ser “insostenible” ¡Toma del frasco, Carrasco! Cualquier día proponen que al llegar a la edad que se considere “adecuada” desde el punto de vista de la sostenibilidad del sistema capitalista, a los jubilados se les “amortice” debidamente, en román paladino, se les elimine de forma adecuada.
Lo dicho, de leves y necesarios ajustes y recortes, ¡nada de nada! Lo que están haciendo es terminar de forma descarada e irreversible con el estado de bienestar, y no de forma disimulada y sibilina, sino con burdos y brutales hachazos.
Cimex lectularius
Publicado en el periódico CARRIÓN
02.05.2012
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