Año de elecciones

Ha transcurrido escasamente un mes de este 2014, y el ambiente político huele a elecciones.

En el ayuntamiento de la capital palentina, cada día que pasa parece más evidente que Heliodoro Gallego quiere repetir como candidato del PSOE a la alcaldía, y sus constantes críticas al equipo de gobierno del PP han hecho saltar al aparentemente pacífico y casi siempre prudente alcalde Alfonso Polanco, que hace unos días le espetó al socialista que estaba harto de pagar las facturas y los desastres urbanísticos que éste le había dejado.

Mientras tanto, el único concejal de IU, Juan Gascón, intenta sacar la cabeza entre los dos grupos mayoritarios, y lo hace con propuestas tan razonables como la de celebrar un debate sobre la situación de nuestra capital. Veremos si los “mayores” le hacen caso, o siguen con su pelea particular.

En lo autonómico, el patio socialista también está revuelto. La pelea interna entre el palentino Julio Villarrubia y el segoviano Óscar López, está alcanzando niveles de guerra abierta, con la tropa de ambos cada día más a la greña. Unos quieren más a “mamá”, otros más a “papá” y otros, como manifestaba hace unos días un viejo militante palentino en un medio de comunicación, les piden a los dos que se vayan.

El cotarro popular tampoco es que esté demasiado tranquilo ante la posible retirada del presidente Juan Vicente Herrera, pero el ostentar el poder, hace que sus escaramuzas queden algo más amortiguadas. Pero a medida que se aproxime la fecha, también seremos testigos de su propia batallita.

Y mientras los partidos se enzarzan en estas cuestiones electorales, Palencia y Castilla y León, perdiendo habitantes de forma escandalosa, y con un gran número de los que aún quedan, en paro. Dentro de poco esta Chinche también tendrá que emigrar, pues solo quedarán humanos muy viejos para alimentarse, y estos ya tienen la piel muy dura.

Cimex lectularius

PD. Quiero agradecer al alcalde de Carrión de los Condes su carta publicada en el último número de CARRIÓN sobre un anterior artículo de esta Chinche, tanto por el tono de la misma, discrepante pero respetuoso, como por la satisfacción que produce saber que al menos alguien me lee. Es lo que tiene la democracia, que se puede discrepar desde el respeto mutuo.

Publicado en CARRIÓN el 31-01-2014