Rodrigo Rato y Figaredo |
Había una vez un planeta imaginario, y en él un país increíble en el que vivía un señor muy, pero que muy “importante”. En ese país funcionaban unas cosas llamadas bancos, que en principio se inventaron para guardar pequeños montoncitos de dinero de los habitantes del país, y luego hacer montones más grandes para podérselo prestar a otras personas, que con él iniciaban o ampliaban sus negocios o empresas.
El señor importante, que había sido el encargado por el gobierno de ese país de gestionar los dineros de todos los habitantes del mismo y de sus impuestos, se marchó a dirigir el banco más importante del planeta imaginario. De repente un día, sin saber por qué, el señor importante dejó de dirigir el banco más importante del planeta y volvió al país increíble. Y allí, sus amiguitos, que lo gobernaban, le encargaron salvar uno de sus más importantes bancos.
El señor importante, no solo no lo salvó, sino que lo terminó de arruinar; y además hizo que muchas de las personas que habían guardado en él sus pequeños montoncitos de dinero, se quedaran sin una parte sustancial del mismo. Para salvar al banco, sus amigos del gobierno lo quitaron de jefe de ese banco y, además, tuvieron que poner, del dinero de todos los habitantes del país, muchos miles de millones de sus dineros.
Entonces, los jueces del país, lo acusaron de una gran cantidad de delitos: estafa, apropiación indebida, falsedad contable, delito societario y administración desleal. Y el pobre señor importante se encuentra pendiente del juicio.
Pero hete aquí que a don importante, en vez de meterlo en la cárcel hasta que sea juzgado, lo ha contratado el banco más potente de este país increíble, con un sueldo de 200.000 euros, que se suman al cobrado de otra empresa para la que trabaja, y a la pensión que le quedó cuando se marchó del FMI.
Sí, amigos, al final lo habéis adivinado: el país increíble es España, y el señor importante don Rodrigo Rato y Figaredo.
Cimex Lectularius
Publicado en CARRIÓN el 01.10.2013
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