2012, ¡Annus horribilis!

Con esta expresión latina definió la Reina de Inglaterra en su tradicional mensaje de fin de año al año 1992, y cree esta Chinche que viene como anillo al dedo para definir el añito que ahora termina para los españoles, que además coincide con el año de vida de mi columna en CARRIÓN.

A pesar de que durante la campaña electoral de las elecciones de 2011 no hubo manera de saber qué es lo que Mariano Rajoy iba a hacer si resultaba ganador de las mismas, la cascada de medidas de ajuste no se hizo esperar.

Sin ánimo de ser exhaustivo, entre otras cosas porque sería imposible en el corto espacio de esta columna, ahí van algunas de las medidas adoptadas:

Reforma laboral que facilita y abarata el despido dejando la indemnización en 20 días por año trabajado con un tope de 12 mensualidades; subida de impuestos, incluidos IRPF e IVA; recortes multimillonarios en educación y sanidad; amnistía fiscal para los defraudadores y evasores; nacionalización de bancos y cajas, a cargo del dinero de todos los españoles; creación de un “banco malo” que siempre había negado; congelación del sueldo de los funcionarios y supresión de la paga de navidad; recorte de los días de vacaciones a los funcionarios; copago, –más bien “repago”–, de los medicamentos para jubilados y pensionistas; retirada de la cartilla sanitaria para los inmigrantes; suspensión de la incorporación de personas dependientes  los beneficios de la ley; no aplicación de la revalorización legal de las pensiones; copago de los traslados en ambulancia; incremento de tasas universitarias y judiciales; aumento de la ratio de alumnos por aula; supresión de las ayudas al alquiler para los jóvenes; nuevo proyecto de ley de educación elaborado al dictado de la jerarquía católica…..

Y todo esto, ¿para qué?

Sigue cayendo el consumo de forma continuada, lo que contribuye a que el PIB de nuestro país caiga en torno al 1,3% al final del año.

El paro ha alcanzado cifras de pánico rozando los seis millones de personas, de las cuales algo más de dos millones no cobran prestación, y el desempleo entre los más jóvenes supera la tasa del 52%.

Según el FMI, el déficit español será al final de este año del 7%, muy lejos del 6,3% que se había pactado con la Unión Europea.

El país ha tenido que soportar dos huelgas generales en este año, y terminamos el mismo con los docentes, el personal sanitario y los funcionarios de justicia en pie de guerra contra las medidas de las distintas administraciones.

Y para remate de la fiesta, las equivocadas y reaccionarias políticas mantenidas por el sector más “nacionalista español” del PP respecto a Cataluña, tiene a dicha comunidad autónoma dispuesta a convocar un referéndum sobre su independencia del resto de España.

Como adelanta el título, ¡vaya añito! Pero en fin, al menos el día 21 de diciembre no ha llegado el fin del mundo.

Pero como dice el refrán, “siempre que ha llovido, ha escampado”, así que esperemos que el próximo año 2013 nos traiga un poco de luz al final del túnel. Al fin y al cabo los españoles hemos sabido salir de situaciones mucho peores, mal que les pese a muchos de los que nos han gobernado.

Así que

¡FELIZ AÑO NUEVO!

Cimex lectularius

Publicado en CARRIÓN 28.12.2012