¡Maldita la hora en la que se me ocurrió! Por si fuera poco el ver que, de nuevo, los paganos del ajuste son los mismos de siempre, (parados, funcionarios, dependientes,…), tuve que soportar el penoso espectáculo de contemplar a Sus Señorías del Partido Popular aplaudiendo, jaleando y, lo más sonrojante y vergonzoso de todo, riendo a mandíbula batiente ante la intervención de “el Ausente”.
¿Qué era lo que provocaba esas risas en los parlamentarios de PP? ¿La subida del IVA? ¿El robo de la paga extraordinaria a los funcionarios? ¿El brutal recorte en la prestación por desempleo? ¿La desaparición de la deducción por la compra de vivienda? ¿El próximo recorte de las pensiones?…
Puede que no fuera por ninguna de estas medidas que, según Rajoy, las toma en contra de su propia convicción personal. Es más que probable que lo que les sucediera a los parlamentarios del PP es que les diera la risa floja, esa que producen los nervios cuando te pillan en claro renuncio o te encuentras en una situación comprometida. Es muy posible que con esas risotadas estuvieran celebrando la puntilla final al programa electoral con el que ganaron –¿estafaron?– en las últimas elecciones generales. Los tres o cuatro puntos que podían quedar por incumplir de dicho programa, fueron incorporados de una tacada en el haber de las mentiras electorales del PP, consumándose en ese momento el mayor engaño electoral de la historia de nuestra joven democracia.
Esta Chinche aún recuerda que, cuando el pasado 4 de diciembre de 2011, la Ministra italiana de Bienestar, Elsa Fornero, ante las durísimas medidas que el nuevo gobierno de ese país se veía obligado a adoptar, rompió a llorar en la rueda de prensa en la que las estaba anunciando. Bueno, pues en este país, los responsables de medidas mucho más duras, no solo no lloran, sino que se parten de risa ¡Qué país, Miquelarena!
Y mientras la bancada popular jaleaba, aplaudía y sufría el ataque de risa, ¿qué hacía la oposición?
Pues el principal partido de la misma, el PSOE, mucha crítica constructiva y la oferta de un pacto para afrontar la crisis. Y el resto, más de lo de siempre: CiU apoyo tibio, PNV rechazo –estamos cerca de unas elecciones en el País Vasco–, IU anunciar un otoño caliente y UPyD quejarse porque no se les consulta. Ni una sola propuesta alternativa, al menos desde la presunta izquierda.
¡Y luego se extrañan de la poca confianza de los ciudadanos en los partidos políticos!
Cimex lectularius
Publicado en el periódico CARRIÓN el 20 de julio de 2012
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