En los años setenta del siglo pasado, en plena transición de la dictadura franquista a la democracia, una periodista le preguntó a Pío Cabanillas Gallas, un político gallego que fue subsecretario del Ministerio de Información y Turismo, del que era titular Manuel Fraga y ministro de varias carteras con Adolfo Suárez: ¿Quién diría que ganará estas elecciones, señor subsecretario? Y el superviviente e inteligente político gallego le contestó: Ganaremos, señorita. No se quienes, pero ganaremos…
Pues eso, tras las elecciones del 20D, no sé quiénes, pero “hemos ganado”.
El PP y Mariano Rajoy han ganado porque a pesar de haber perdido varios millones de votos, siguen siendo el partido más votado. Pedro Sánchez y el PSOE también porque, a pesar de haber sacado el peor resultado de la historia reciente de esta formación política, han conseguido sobrevivir a una desaparición que algunos anunciaron y celebraron antes de tiempo. Los de Pablo Iglesias, Podemos y asociados, pueden celebrar, y con razón, el haberse convertido en claves para el gobierno de este país, a pesar de no haber conquistado el cielo que tan felices se prometían. Y los Ciudadanos de Albert Rivera, aunque en algún momento de la campaña se creyeron los pronósticos interesados de algunos medios que los daban como presuntos triunfadores de la tarde, porque sacar cuarenta escaños la primera vez que se presentan a nivel nacional, no es moco de pavo. Hasta Alberto Garzón y sus esforzados y entusiastas miembros de Unidad Popular, pueden presumir de haber vencido a una ley electoral que los castiga desde hace años, y conseguir no desaparecer del panorama político, en espera de mejores tiempos, que sin dudad llegarán.
Pero en los sistemas parlamentarios el que realmente gana las elecciones es el que, al final, consigue formar gobierno. Y eso ya que es otro cantar.
A la vista de las posibles combinaciones que permiten gobernar, desde el punto de vista de esta Chinche, el que más difícil lo tiene es el PSOE. Y no me refiero a la posibilidad de que Pedro Sánchez sea presidente, que no es tan imposible, si no a las consecuencias que para el futuro de la formación más que centenaria, puede tener cualquier decisión que tomen.
Estaremos atentos y en la próxima columna veremos cómo va avanzando el asunto.
Cimex lectularius
Publicado en CARRIÓN 30.12.2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario