Lleva esta Chinche algún tiempo escuchando a los palentinos esta
esperanzada expresión, que, como he sabido ahora, no se refiere a la llegada inminente de ningún ave migratorio
a nuestros humedales o estepas, si no a la llegada del tren de alta velocidad a
nuestra capital.
Y hay, como casi
siempre, opiniones para todos los gustos. Los dirigentes políticos de las
administraciones, tanto de la local como la provincial y la autonómica,
casualmente todos del Partido Popular, están “encantados de conocerse”,
augurando que la llegada a Palencia de esta maravilla de las comunicaciones
terrestres, va a significar el fin de todos nuestros males, y la recuperación
definitiva del atraso que históricamente han padecido estas tierras de pan
llevar.
Los políticos de la
oposición, del PSOE e IU, no están tan convencidos de que la llegada del AVE
sea tan beneficiosa, además de que, según ellos, las obras que se están
efectuando en la estación del ferrocarril y en el tendido de las vías, entierran
definitivamente, valga la redundancia, la solución del soterramiento de las
mismas. A esta oposición se unen también algunos vecinos del barrio de la
Carcavilla, afectados por el paso elevado que sustituirá al que actualmente
cruza a nivel las vías en los Tras Pasos.
Existen otras dos
posturas que no se escuchan con tanta fuerza, pero que a esta Chinche le
parecen también muy dignas de tenerse en cuenta. ¿Ha pensado alguien en
aprovechar las obras para adecentar y dar un tratamiento más acorde con el entorno urbano, a los
terrenos que rodean el actual trazado de las vías?
Y por último, pero
no en importancia, ¿alguien piensa en los pueblos de nuestra provincia que se
van a quedar sin el servicio ferroviario con la llegada de este prodigio de la
alta velocidad? La llegada del AVE va a situar a la capital palentina a poco
más de una hora de Madrid, pero va a dejar a muchos palentinos del mundo rural
a mil horas de su capital de provincia.
En fin, esperemos
que tanta modernidad para algunos, no suponga un salto al pasado para otros.
Cimex lectulariusPublicado en CARRIÓN. 02.03.2015
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